martes, 7 de enero de 2014

Hola mis queridos amigos, ¡calenturientos chamacos!

Hola mis queridos amigos, ¡calenturientos chamacos!
Nuevamente muchas muchas gracias por sus correos, fotos, invitaciones, flores, videos, etc. Muchos de ustedes me hacen pasar noches muy húmedas y otros tantos ya me conocieron J y eso es lindo.
Sé que les debo la continuación de mi fin de semana pero surgió un imprevisto que tengo que platicar por qué fue muy excitante, loco, hasta podría decir que es de lo más extremo que he hecho.
Pues bien, tuve la necesidad de salir el fin de semana pasado a Puebla, me fui con unas amigas de antro en la noche, todo normal, chicos, alcohol, baile, etc.
Como eh mencionado con mis amigos cercanos, familia, novios, etc soy una chica “normal” por lo tanto no pude llevarme a nadie a la cama esa noche, aunque ganas no me faltaron porque había cada tipo más sabroso en el antro, uf.
El asunto es que tenía que estar temprano, a las 9 am en un lugar en el cual iba a firmar un documento y de ahí tendría que esperar dos horas para regresar y continuar con los trámites.
El asunto es que cuando tomo bastante, pues, digamos, se me afloja el estómago al otro día, siempre me ha pasado y pues nada, en la casa voy al baño rico y todo en orden, pero en esta ocasión llegue del antro a las 4 am, dormí poco y salí volada por que se me hacía tarde.
No me arreglé mucho, tome un pantalón blanco pegadito a la cadera, una blusa de licra con encaje color chocolate y una torera, un sostén rosita claro de algodón cómodo y una tanga de encaje a juego con el sostén, tacones altos, me maquillé un poco y solo me cepillé rápido el cabello y me fui.
Llegué a mi cita volando, casi casi la pierdo, pero llegué, firmé y bueno, me disponía a ir hacia una plaza cercana a desayunar para matar el tiempo pero de la nada sentí un retortijón en el estómago, UFFF, “ganas del baño”, normalmente una se aguanta pero debido a lo que ya platiqué yo no puedo cuando es por “borrachera”, tengo que ir.
Me empecé a poner verde, no llegué al coche por que dije, no voy a aguantar, ¡no voy a aguantar!
Empecé a caminar para ver negocios abiertos, un café, algo que me salvara, camine dos cuadras a la redonda de donde estaba y como aún era temprano no había casi nada abierto.
Uf comencé a sudar, ya no aguantaba, caminaba con cara de desesperada, si alguno le ha pasado lo que me pasó sabe de qué hablo, ya estaba desesperada y vi a lo lejos un taller de bicicletas, SI de bicicletas y me acerqué y tenía el típico letreo al fondo de baño.
Había 3 tipos, un señor como de 55 feo y flaco, un tipo como de 32 con un muy buen cuerpo, alto, muy alto y con manos grandes y rudas (me encantan las manos grandes, sobre todo los dedos), moreno, espalda ancha y no tan feo y un chico de unos 16 años flaco y no tan feo. No se cómo me atreví porque después lo pensé bien, no sé cómo de verdad me atreví y les pedí que me dejaran pasar a su baño, ES UNA URGENCIA les dije contoneándome, casi doblándome por el estómago lo cual hacia que sacara más mi culito.
Ellos solo asintieron con la cabeza y me dieron el paso, obviamente me devoraron con la mirada, intenté abrir y no abría la puerta como si estuviera atorada, la puerta del baño estaba atrás del mostrador, y había un espacio relativamente pequeño.
Rápidamente el tipo alto fue a donde estaba yo y se puso a tras de mí, me rozaba las nalgas con su cuerpo y empujó fuerte la puerta, listo me dijo mientras me ponía una de sus manos en la cintura.
Entré lo más rápido que pude sin cerrar la puerta puesto que no aguantaba, él pudo ver cuando me baje el pantalón con la tanga, alcé la vista y le dije ¿cierras? Lo hizo y me dejó….
Uf, era la gloria, no me tarde mucho pero para mi sorpresa no había papel, así que les tuve que gritar a los chicos si tenían, entro el mismo tipo que me había visto antes y me aventó el papel, hice lo propio y no saben cómo descanse.
Me lavé las manos y entonces capté dónde estaba, era un lugar sucio, con el piso lleno de agua, con cubetas de agua por todos lados y ropas colgadas en las paredes, los muebles de baño estaban percudidos y note que me había mojado el pantalón al bajarlo completamente, puta madre pensé.
Tenía una mancha de agua y se veía bastante, ¿cómo iba  a salir así? Tomé papel y comencé a secar el pantalón pero la mancha no se quitaría fácilmente. Llevaba ya más de 20 minutos en el baño intentando secar la mancha y los chicos tocaron preguntando si todo estaba en orden.
Adelante dije ya que la puerta estaba dura y la tenían que empujar fuerte, era el mismo tipo, le dije me manche el pantalón de agua y me voltee enseñándole el culo.
Hasta este momento mi lívido volvió a funcionar, recordé que ya me había visto bajarme el pantalón y me había visto sentada en el baño, y ahora le estaba mostrando mi culo, vaya puta que soy debe pensar.
Me había quitado la torera y solo estaba en blusa sexy J
Me recorrió todo el cuerpo y se agarró el pito, uff, como me excita ver eso, comencé a mojarme…
¿Tienes secadora? O ¿Plancha? Le dije.
No, pero a una cuadra hay una lavandería si quieres lo podemos llevar, o puedes ir… Pero te lo tendrías que quitar allí de todos modos.
Vaya dilema pensé, o me voy con los pantalones mojados como si me hubiera orinado caminando una cuadra y de todas formas me lo tendría que quitar allí, o me lo quito aquí, lo observé bien, grandes brazos, tórax, piernas fuertes, y ya me había visto dos veces la tanga, como dicen más vale malo conocido que bueno por conocer así que mientras se lava el pantalón puedo “jugar” un poco con este “machote” pensé.
Como el piso estaba mojado extendí mi brazo tocando su hombro para agarrar equilibrio y evitar poner un pie en el piso, me puse frente a él y desabroche el botón del pantalón dejando ver mi tanguita rosadita de encaje muy sexy, ya estaba excitada y comenzaba a escurrir mis juguitos.
Me bajé los pantalones lentamente y su cara decía todo, me comía con la mirada y se acaricia el pito descaradamente, lo jale un poco para no tener el brazo tan estirado y quedamos a escasos 30 centímetros, saque una pierna y luego la otra, con la excusa de ayudarme puso su mano en mi cintura al final de la blusa y tocando un poco de piel, eso me electrizo.
Saque el pantalón y se lo di, ahora imaginen la escena, yo en tanga de encaje rosa con tacones, una blusa de encaje, se me  veían los tirantes del sostén rosas y por mi grado de excitación y el sostén de algodón mis pezones ya se marcaban bastante, la raja de mi panochita se marcaba en mi tanga y por atrás se me veía perfecto el contorno de mis nalgas, me veía como puta de calendario de taller mecánico, y vaya que estaba en uno parecido.
Él dijo, ahora vuelvo y me soltó sacando el pantalón y gritándole a su chalan, el chico de 17 años se  acercó y me recargué sobre el lavabo sacando mi culo, el chico me pudo ver semidesnuda, abrió los ojos como platos y mi “protector” le ordenó que lo llevara a la lavandería y que se esperara a que lo lavaran y secaran, saco un billete de 100 pesos mexicanos y se lo dio, también le grito al otro señor: “abuelo” vete a la casa un rato, no hay nada hoy.
En cuanto ambos se fueron se metió al baño conmigo, cerró la puerta y muy decidido me tomó de la cintura para pasar al baño y sin más se lo sacó y se puso a orinar enfrente de mí, vaya pedazo de puta pensé. Pero pude ver su pene, gordo y grande, un poco parado, él se lo sacudió viéndome a los ojos mientras yo alzaba la vista a sus ojos.
-          ¿Te gusta?
Me sonroje un poco la verdad, recuerden que me gusta sentirme “domada”, no supe que contestar, solo baje la mirada y él se lo jalaba un poco para que creciera, se acercó a mi así con el pene de fuera.
Yo me puse frente a él de espaldas a la puerta, estaba ya muy caliente, él se acercó y me dio latigazos con su pene en mi vientre y en mi tanga, ufff, dios.
Se quitó la playera y tenía un tórax hermoso, moreno pero lleno de músculos, se quitó el pantalón y sus nalgas estaban muy ricas y sus piernas duras, de verdad era un muy buen macho, se quedó solo en calzón con el pito de fuera y me tomó de la cintura, yo lo esperaba ya con los labios entre abiertos, nos fundimos en un beso súper cachondo, jadeante, excitante, su pene chocaba con mis piernas, vientre y dependiendo los movimientos de repente se ponía entre mis piernas.
Me desabotonó el sostén como un experto, con una mano, cuando me hacen eso sé que la pasaré muy bien, me alzó la blusa y empezó a mamarme las tetas, uy, qué rico, papi, así, con una mano manoseaba mis nalgas sobre la tanga que se metía un poco entre ellas y con la otra apretaba una de mis tetas mientras succionaba la otra, su pene me “punteaba” ya bastante grande, yo no perdía el tiempo y le agarraba las nalgas con una mano y con la otra lo masturbaba lo más que podía debido a la posición.
Así estuvimos un rato, la mano que acariciaba mis nalgas invadió mi espacio delantero, son la punta de sus dedos rozaba la entrada de mi vagina por atrás, estaba ya muy empapada, sacando jugos espesos, lubricante al máximo, quería tener una verga adentro.
Me comenzó a dedear por atrás y como él era más alto me alzo literalmente de mi panocha, una mano con la punta de sus dedos dentro de mí y la otra en las nalgas, quede separada del piso, me mordía las tetas, puse mis brazos en su cuello y con mis piernas rodee su cintura, era muy fuerte y me aguantaba sin problemas.
Como pudo hizo a un lado la tanga y sin guiar su pene me punteba, uffff, gemí como loca cuando sentí su cabeza en mi vagina, me deje caer y sentí como entró completamente su pito en mí, me llenaba bastante, era grueso, lindo, me apretaba (y para que a estas alturas sienta esa presión en mi panochita debe ser un gran miembro, jiji)
A las que se las han cogido así saben lo excitante que es que un macho te cargue, te sientes indefensa, a su merced y eso me excita bastante.
Me tomó por las nalgas y me empezó a dar duro, rápido, uff, yo solita me quité la blusa para que pudiera lamer cuanto quisiera y así lo hizo en cuanto me la quité volvió al ataque con mis tetas, las lamía, una y otra, el gemía también muy rico.
Nos besábamos cada que podíamos, besos calientes, cachondos, de lengua, nos lamiamos, sus dedos empezaron a jugar con mi ano, jalaba la lubricación de mi panochita y metía la punta de un dedo, eso me excita mucho, estaba realmente perdida, quería verga, más verga, se la pedía.
-          Dame, dame, mas, cógeme, papi, que rica verga tienes, me encanta, así, así, así, así …
-          Cógeme, ah, ahhhhh, ahhhh, ahhhhhh, ahhhhh, papi….
El estaba sudando bastante ya que me estaba cargando y llevábamos 15 minutos en esa posición, imagino que se cansó y me recargó de espaldas en la pared, al hacerlo me pudo coger aún más rápido, yo acariciaba su tórax, y él me la metía muy rápido.
-          Mami, estas bien buena, desde que te vi se me paró el pito
-          Estas bien rica, me encantas, quiero cogerte diario
Me daba muy duro y el tamaño que tenia de verga me excitaba demasiado, comencé a tener mi primera venida.
-          Ahhh papi me vengo, ahh me vengo, papi
Vente putita, vente putita, ¿me puedo venir adentro? Me dijo.
-          Aja, vente donde quieras amor, tomo pastillas
Me dio más duro mientras comenzó a pegarme en las tetas unas cachetadas, ahh como me excita que me den de golpesitos, me daba cada vez más duro.
Con una mano me jalaba de las nalgas hacia él y con la otra me pegaba y a veces la metía para acariciar mi clítoris ahhh, me vine una segunda vez muy rico, ahh, quería que me cogiera siempre este tipo, cogía delicioso.
-          Me voy a venir me dijo
Lo empuje con las piernas y lo “zafé” de mi panochita, él me intentó volver a ensartar pero me tiré al piso, no me importaba que estuviera lleno de agua, me tiré al piso y de rodillas con las piernas abiertas y me metí su enorme pedazo de carne a la boca.
-          Ahh que puta, así mami, eres increíble, mámamela putita, así …
En cuanto empecé a succionar su pene soltó mi premio, una enorme cantidad de semen que no me cupo en la boca y me empezó  desbordar por los lados, yo no tragué nada, solo la seguía mamando para extraer hasta la última gota.
Tenía la comisura de los labios llena de lechita, como pude me trague esa enorme verga hasta llegar con mis labios a sus huevos, los manchaba de su propio semen con mi labio inferior.
Me tomó de la cabeza y me lo metía hasta el fondo, casi me atraganto.
-          Ahhg, ahhg, ahgg se escuchaba
Me la sacó completa y la escena desde su ángulo debió ser de película porno, una putita de rodillas sin sostén, sin blusa, con unas tetas rojas por los golpes, la cara de salida, la boca llena de semen, un poco de semen escurrido en el pecho, en el pelo, con tanga puesta, con la panocha completamente abierta y con la boca abierta esperando más.
No aguanto más y me soltó aún más semen en la cara, yo abría la boca y le lamía los huevos, mientras me metía lo más que podía de dedos en mi pepita.
Uff me vine por tercera vez, esta vez sobre mi tanga y mano, solté muchos jugos.
-          Ahhhh, ahhhh, ahhhh, ahhhhh
Me recargue en la pared sacando mi mano de la panochita y dándosela a lamer, él como buen macho la aceptó y la lamió hasta dejarla limpia.
Su semen comenzaba a hacerse aguado y escurría por mis tetas, cara y piernas.
Lo tomé con mi mano y me lo esparcí por todas mis tetas y vientre, posteriormente lo lamía como una perra en celo
Su pene aún no se “bajaba” así que me lo llevé de nuevo a la boca para limpiarlo, le jale el pellejo hacia atrás y con la punta de la lengua lo lamí cuidadosamente, la base, los huevos, me comí cada mililitro de semen.
Él estaba en otro mundo, por lo puta que era y por la mamada y el show que le estaba dando.
Se me empezaban a entumir las piernas y me tuve que parar, ya parada él me manoseo las nalgas nuevamente mientras nos fundimos en un beso de lengua encantador, se pegaba a mí para sentir mis tetas en su pecho.
Así parados me hizo a un lado la tanga (como la vez en el probador con el taxista ¿recuerdan?) sin meterme la verga, solo la sentía con mis labios empapados y hacia como que me cogía pero sin meterla, mi panochita quedaba encima de su verga, la acariciaba horizontalmente, mis labios la envolvían, muy rico.
Estuvimos así besándonos y dándonos mimos como dos novios un buen rato, obviamente su pene ya estaba otra vez parado y mi panochita estaba lista siempre para la guerra.
Me volteo con besos, quede de espaldas a él, me beso el cuello, me lamió el cuello mientras de manoseaba las tetas desde atrás, apretaba mis nalgas fuerte, ufff.
Bajo con su boca por toda mi espalda, eso me calienta aún más, subía y bajaba lamiéndome la espalda llenándome de saliva cada rincón, con su mano jugaba con mis jugos y me los embarraba en el ano, sabía lo que quería y se lo iba  a dar gustosa.
Me bajo la tanga a medio muslo y me empezó a lamer el culito, ufff, ufff, los hombres no lo hacen muy a menudo pero lo deberían hacer más seguido, es súper excitante.
Me abría las nalgas y metía su lengua, lamia desde mi panochita hasta arriba, tomaba los jugos de mi panochita y los metía en mi ano, despacio, con calma, no era  brusco, era paciente, metía poco a poco la punta del dedo, iba por mas jugos y de nuevo, ayudaba con sus lamidas y su saliva.
Yo estaba en la gloria, gemía como una puta, alzaba mi culo para que pudiera hacerlo mejor, el ya metía un dedo completo en mi apretadito culo, lo sacaba y lo metía, lubricaba, lamia, ufff
Guio su pene a mi vagina y entró muy fácil esta vez, me tomó de las caderas y me cogía así desde atrás, yo me incliné y me separé las nalgas, quería que me cogiera por atrás así que le facilite las cosas, le mostraba mi ano y facilitaba que me siguiera dedeando en el.
Comenzó a cogerme lento, la metía completa y la sacaba completa, luego la punta de su verga la ponía en mi ano y hacia un poco de presión y la volvía  a meter por el frente.
Estuvo así un rato, yo me abría las nalgas con las manos y me movía para atrás, quería que me ensarta ya, él lo entendió perfecto y metió poco a poco su cabeza.
Ay, ay, ay, eso sí dolía por el tamaño de su pene, se quedó quieto y yo solita me empecé a mover, en círculos, despacio, mientras el me dedeaba la panocha para jalar jugos hacia arriba.
Se recargó en la pared y me dejó moverme, solita me echaba hacía atrás, sentía ese enorme pedazo de carne partirme en dos, me ardia el culito, pero me gustaba el dolor, ah, ah, ahhhh, ahhh, gemía.
El comenzó a darme nalgaditas, ufff eso fue lo que me hizo armarme de valor y comencé a moverme más rápido mientras él me nalgueaba más.
Tenía casi la mitad de su verga a dentro cuando él tomó el control y me tomo de las nalgas y me empujó fuerte hacía el, yo grité de dolor, un grito entre de calentura y dolor, pero él me nalgueo diciéndome ¿esto querías no puta?
Me comenzó a decirme cosas sucias, eres una puta, te encanta la verga, dime que te gusta mi verga, pide verga puta…
Yo le contestaba a todo lo que me pedía con gemidos.
-          Si papi me encanta tu verga, soy tu puta, cógeme por donde quieras papi, cógeme, dame más, ay, ay, ay gritaba cuando me daba nalgadas.
Se movía rápido metiendo su verga al fondo y sacando la mitad, me encantaba como me lo hacía puso sus dedos en mi boca y se los comencé a lamer de la calentura que traía, quería mamar una verga y sus dedos grandes y gordos eran perfectos para mi fantasía.
Me cogió así solo un rato más cuando a ambos nos empezó a doler por la falta de lubricación pero queríamos más así que me jaló del cabello y me llevo así ensartada hacia el piso, me puso de rodillas y me agache lo más que pude sin que me cara tocara lo mojado del piso, en esa posición sacaba más mi culo y el de un solo jalón me la sacó toda y escupió mi culito, su saliva me ardió un poco y me queje pero inmediatamente me la metió por la vagina.
-          Ahh que rico sentía de nuevo, como resbalaba fácilmente a la vez que me daba placer, me estuvo cogiendo así un rato, jalándome las nalgas hacia los lados, sabía lo que haría.
De repente en una embestida la saco de mi vagina y me la metió en el culo, ahhh, ahhh, que rico, me daba dos metidas por el ano y la regresaba a mi vagina.
Uff eso es lo máximo, que te cojan por los dos hoyitos a la vez, con mi vagina empapada se lubricaba el pene y luego me lo metía en al ano, rítmicamente, 4 o 5 metidas en la panocha 2 por el ano.
Me cogía rápido, lo metía al fondo de mi vagina varias veces, su pene largo y grueso se sentía delicioso, lo sacaba casi completo y lo metía de nuevo al fondo de mi panochita, lo hacía varias veces y luego lo sacaba enterito para meterlo en mi culo un rato, ufff dolía delicioso, abria mi ano al máximo, me sentía llena de verga, me encantaba como lo hacía, luego me volvía a coger por la panocha, me estaba usando muy rico y me sentía sucia, en el piso de un baño, cogida por un desconocido, sin condón, por el culo y por la vagina, roja de las nalgas y las tetas de los golpes y pidiendo más verga, me sentía una verdadera puta de taller mecánico.
Me nalgueaba, literalmente me cabalgaba y me pegaba nalgadas, me jalaba el pelo hacia atrás y me daba a lamer sus dedos a veces, cuando lo hacía más rápido me soltaba y se movía muy rápido, me empecé a venir por 4 vez, para él era su segunda creo, ah ay ay gemía, me vengo me vengo le dije.
Uf, ay ay ay siiiiii puta, eres increíble…
Gemí muy fuerte y nos venimos al mismo tiempo, él se vacío en mi culito, mi panocha palpitaba de la excitación, de la venida tan rica que me acaban de regalar y que seguía teniendo, escurría jugos parecía que estaba orinando un poco.
Saco el peno de mi culo y aun parado me lo metió un rato en la vagina, debido a lo sensible que estaba aún ese simple hecho me hizo prolongar mi venida, ufff, me vine como 2 minutos seguidos, sacaba jugos en exceso, embarraba sus bolas completamente entre mis jugos y su semen, estuvimos así un rato, moviéndonos suavemente.
Recogía el semen que salía por mi ano y me lo daba de beber con sus dedos, yo los chupaba como toda una puta caliente.
Estaba súper cansada, súper cogida, súper abierta por los dos hoyos, súper puta.
Mi vagina estaba súper sensible, yo temblaba de la venida que seguía teniendo.
Así como estaba me cargó fácilmente y se sentó en la taza del baño, yo encima de él, me recosté hacia atrás en su pecho moviéndome despacio, sintiendo aun palpitar esa rica verga.
El me lamia el cuello  me masajeaba las tetas, uff.
-          Eres increíble, de verdad increíble, quiero cogerte diario me decía.
Nos quedamos un rato así, casi me duermo recargada en él, su pene perdió fuerza y salió de mi vagina, nos despertó un grito de fuera.
Rodrigo, Rodrigo, eso nos sobre saltó y nos paramos, yo me subí la tanguita, estaba echa un asco, llena de semen de él y fluidos míos.
Él se paró rápido se puso su calzón, su pantalón, su playera y salió, ¿Qué paso? Dijo sin cerrar la puerta
El chalán estaba del otro lado del mostrador frente al baño por lo que me pudo ver en tanga y con las tetas al aire.
-          Ya, ya está, balbuceo y subió una bolsa en que seguramente traía el pantalón
Yo me cubrí escasamente con una mano pero le sonreí, siempre me han dado morbo los jovencitos, me imagino como se matan a “chaquetas” pensando en mí y cuando he tenido oportunidad de dejarme coger por uno de ellos se les para muy rico aunque regularmente se vienen muy rápido.
Rodrigo volteó a verme y vio mi mirada picara y que no me cubría lo suficiente por lo que entendió que no me molestaba en lo más mínimo si me compartía, aunque no sabía que yo ya no quería que me penetraran ¡me ardía todo!
Me sonrío y le dijo al chavito, ¿me ayudas? , necesito que seques el baño para que mi amiga se pueda cambiar a gusto.
Yo solo me reí y empecé a buscar mis cosas, me puse el sostén justo en el momento que el chalán entraba.
Tomó un trapeador y se disponía  a hacer lo que le ordenaron cuando lo detuve y le dije que no era necesario, solo ayúdame le dije.
Alcánzame mi bolso, siempre traigo calzones de repuesto ya que me gusta regalarlosJ, saque uno negro y lo extendí, ¿me combina le pregunte?
El solo decía si con la cabeza y podía ver un bulto en su pants, ok, le dije, puse mi mano en su hombro para no perder el equilibrio y me comencé a sacar la tanga rosa con cuidado mientras la tanga negra la agarraba con la boca.
Él estaba atónito, me veía con morbo y sus manos querían tocarme pero no se atrevía, hice como que perdía el equilibrio y tuvo que agarrarme con una mano de la cintura desnuda, me pegue a él y sentí su pene con mi pierna.
Gracias le dije, mi tanga aún estaba en mis muslos, mi panochita depilada completamente se veía deliciosa y el intentaba vérmela, lo mire a los ojos y me dijo: “perdón”, ¿perdón? Jaja, me dio risa y se me ocurrió regalarle el mejor momento de su día  este chico.
Se escuchó un “buenos días”, cierra la puerta que me pueden ver le dije, él la entrecerró mientras Rodrigo veía la escena desde afuera fumándose un cigarrillo y al darse cuenta que cerrábamos movió su cabeza de un lado a otro y me dijo con los labios “puta”.
Me tenía tomada de la cintura y su pene rosaba mi pierna, solo nos separaba su pants, su respiración era agitada, yo sentía un poco de morbo, su respiración incrementaba cada vez más, él no sabía que hacer así que decidí ayudarlo.
¿Quieres ver mis tetas de nuevo le dije? Él no lo podía creer y asintió con la cabeza, me desabotone el sostén y lo jale para que las lamiera, al principio hizo un gesto raro, como no, deberían saber a semen de su jefe, pero después me las empezó a lamer con mucha delicadeza, contrario a Rodrigo, me lamía con cariño, despacio, con la pura lengua.
Yo me empezaba  a mojar de nuevo y le tomé el pene encima del pantalón, le abrí el pants y metí mi mano, en cuanto agarré su pene soltó muchisisismo semen, ¡se vino con solo tocarlo!
Me embarró la mano entera, era demasiado semen, uf, yo nunca me he podido resistir al semen, le baje el pants, me hinqué y lamí su bóxer para probar su semen, luego lamí su pito, largo largo pero delgado, lo limpié con mucho esmero, él no podía ni hablar.
Se la mamaba rico, al fondo, acaricie sus huevos y me lleno de semen la boca, eso es lo bueno de los jóvenes pensé entre mí, nunca dejan de sacar semen, me comí hasta la última gota y para mi sorpresa aún seguía duro.
Bendita juventud ¿no? El me acariciaba las tetas desde arriba, me paré y le di probar su semen con mi boca, me beso como si fuera yo su novia, tiernamente, rico, despacio.
Su pene seguía muy duro, yo ya no podía la verdad meter algo más a mi conchita pero bueno, él está haciendo lo suyo pensé, jale su pito así como estábamos parados y lo comencé a meter en mi vagina, solo pudo entrar la cabeza, me recargué con las manos en el lavabo y abrí mis piernas, el me agarro las nalgas y me dio 3 embestidas, me metió todo su pene y sentí como “bufaba”, se estaba viniendo de nuevo dentro de mí, ¡vaya muchacho precoz!
Yo apenas comenzaba a sentir “rico” y él ya me había inundado de lechita, no quise seguir más, ya que estaba cansada y seguramente ya habían pasado dos horas y tenía que continuar con mis trámites, me separé de él, me quite la tanga y me limpié los restos de semen con ella.
Me puse mi tanga limpia, tomé el pantalón, me puse mi sostén y blusa, me acomodé el pelo un poco, me maquillé, me pinte, en fin todas las cosas que una mujer tiene que hacer después de una cogida de ese tamaño, y no me refiero a la del chico, si no a la del “grande” jaja.
Tome la tanga y se la di, “para tus próximas chaquetas” mientras le plantaba un beso de lengua en la boca.
Tomé mi bolso y salí como si nada hubiera pasado, Rodrigo atendía a un señor, yo pasé contoneándome, su cliente me veía con descaro, llegué con Rodrigo y le di un piquito diciéndole, me encantó tanto que te vendré a visitar.
El sonrío y me pidió mi número, que como me llamaba, etc. Yo solo sonreí y le dije nada de eso tendrás, pero prometo regresar y te daré todo lo demás.
Salí de allí camino a la esquina moviéndome como una puta y al dar vuelta voltee y estaban los tres tipos, Rodrigo, el joven y el cliente asomados viéndome.
Ufff, vaya historia, real, aunque no la crean, 100% real, he visitado a Rodrigo ya dos veces más desde ese día y sigo encantada con él.
Besitos a todos y espero hayan disfrutado mi relato.

lunes, 6 de enero de 2014

MI PRIMO Y YO

MI PRIMO Y YO

  ante todo me presento, soy Analia y mi primo se llama Ernesto y cuando ocurrio lo que voy a narrar, tanto el como yo teniamos 16 años

viviamos en un pueblo muy pero muy pequeño con muy pocos habitantes.

estudiabamos en el mismo colegio y dado que teniamos la misma edad concurriamos al mismo curso en la unica escuela secundaria que tenia el pueblo.

yo habia desarrollado muy bien, tengo lindas piernas bien torneadas, mi colita es redondita con los cachetes algo separados, y mis tetas habian desarrollado bien proporcionadas a mi cuerpo.

un dia estabamos estudiando en su casa, sola con el ya que sus padres habian ido hasta una ciudad cercana a hacer algunas compras.

estabamos estudiando y viendo algunos temas de la materia por internet.

yo tenia en ese momeno la curiosidad de ver como era un chico desnudo, y el por su parte jamas habia visto a una chica desnuda.

se nos ocurrio buscar en internet algun video porno y encontramos algo que nos intereso y lo comenzamos a ver.

asi vimos por primera vez lo que nuestros instintos sexuales deseaban hacer, vimos como era una pareja manteniendo sexo.

la verdad que tanto el como yo entramos en calor viendolo, de tal forma que decidimos mostrarnos yo a el y el a mi

comenzamos a desnudarnos, lo haciamos lentamente.

me quite mi pollera, el se quito su pantalon

me quite mi blusa, el se quito su camisa

yo quede en bombachita y corpiño

el quedo en sleep

se notaba en su sleep que estaba erecto por completo

el me desabrocho mi corpiño

me bajo la bombachita mientras yo bajaba su sleep

quede totalmente desnuda frente a el y el desnudo frente a mi

era una vision maravillosa su pija parada.

me pidio que me de vuelta para verme la colita a lo que accedi

se acerco a mi espalda, paso sus manos hacia el frente de mi cuerpo tomandome con una de sus manos de mis tetas y apoyando la otra mano sobre mi concha y me apoyo la pija erecta en la rajita de mi culito.

fue una hermosa sensacion sentir el calor de su pija apoyada en mi culo mientras sus manos acariciaban mis tetas y mi concha.

me susurro al oido con dulces palabras porque no haciamos lo que habiamos visto.

gire mi cabeza, busque con mis labios sus labios y nos besamos profundamente con nuestras lenguas instintivamente jugando entre ellas.

como el dia anterior se me habia retirado, no tenia problemas de posible embarazo.

tomo suavemente mi cuerpo desnudo entre sus brazos y me llevo hacia el dormitorio

me recosto en la cama y se recosto a mi lado

sus manos recorrian mis piernas, mi culo, mi concha mis tetas

mis manos acariciaban su pija y sus huevos

no dejabamos de besarnos.

me recoste en la cama, abri mis piernas, levante mis rodills y el se recosto sobre mi cuerpo

me encanto sentir el peso de su cuerpo sobre mi cuerpo

me encanto sentir la cabecita de su pija en la puertita de mi concha

el presiono con la cabeza de su pija en mi concha y senti como mi himen se rompia y mi concha comenzo a abrirse al paso de su pija

senti el calor de su pija invadiendo mi concha

fue una sensacion maravillosa

comenzaos a movernos al unisono, senti esa sensacion maravillosa de la pija entrando y saliendo entrando y saliendo de mi argolla

mi cuerpo se estremecio, su cuerpo comenzo a darme dos o tres embestidas finales ue parecia que se metia con huevos y todo dentro de mi concha

senti que el acababa dentro mio, dentro de mi cuerpo se derramaba por primera vez ese nectar maravilloso que sale de la pija al acabar.

me habia convertido en su mujer y el se habia convertido en mi hombre.

durante unos seis meses posteriores y a escondidas de nuestros padres fuimos novios en secreto.

dos o tres veces semanales el me cojia y yo me dejaba cojer por el

mirando otros videos porno, aprendimos muchas cosas mas del sexo.

transcurridos esos seis meses que anduvimos en secreto tambien comenzamos a tener la experiencia de hacer unos hermosos 69

todo me gustaba, era tambien una sensacion maravillosa sentir como su pija crecia y crecia entre mis labios mientrs el hurgaba con su lengua en mi argolla.

hoy de esa experiencia que tuvimso a los 16 años pasaron 7 años, hoy el y yo tenemos 23 años, tengo novio, el tiene novia, pero nuestra relacion todavia se mantiene y cada tanto, nos escapamos y nos encerramos en una habitacion de un hotel en una ciudad cercana a nuestro pueblo y damos rienda suelta a nuestra pasion.

ya soy toda una experta en el sexo, el tambien lo es, ya todos mis agujeritos fueron penetrados por el, incluso ya le di mi puertita trasera (o sea que tambien me coje por el culo)

mi novio me coje muy pero muy bien

pero lo que sentimos mi primo y yo cando me esta cojiendo es totalmente distinto, es la sensacion de lo prohibido, es la sensacion de recordar el primer polvo que me hecho, es la sensacion de volver a tener 16 años y cada vez que me coje es como si ese dia fuese nuestra primera vez,

Analia

domingo, 5 de enero de 2014

EL DESPERTAR DE NATALIA (1ra. parte)

EL DESPERTAR DE NATALIA (1ra. parte)


  EL DESPERTAR DE NATALIA (1ra. Parte) Natalia

Después de meditarlo largas horas sin poder decidirme a escribirles, hice frente al temor de que mi experiencia no interesara, y aquí estoy tratando de mostrar una etapa de mi vida que enriqueció, lo que hasta ahí era mi solitario mundo sexual.

Esto transcurrió hace varios años, en ese momento acababa de cumplir mis florecientes 17. Mi nombre es Natalia y soy hija única de una familia muy chapada a la antigua, muy puritanos especialmente en todo lo relativo al sexo.

Mi mundo sexual era un secreto que sólo compartía con mis sábanas; Desde pequeña se despertó en mí una verdadera lucha entre mis deseos y los principios que me inculcaban mis padres y los preceptos religiosos. Parte de mis estudios primarios los cursé en un internado religioso y fue allí cuando teniendo 7 u 8 años comencé a acariciarme mis incipientes tetitas y mi suave y aún sin vellos coñito.

Muchas cosas se han dicho de esos internados de señoritas, pero en lo que a mí respecta nunca hubo más intimidad que algún piquito robado por alguna compañerita. Se tejían mil historias de relaciones lésbicas entre las chicas mayores que cursaban el secundario, pero a mí no me consta que fuera real.

Una vez completados mis estudios primarios, mis padres me retiraron del internado para que pudiera dedicarme exclusivamente a mis estudios de piano.

Esa fue una época de mi vida en que se fueron incrementando mis deseos sexuales y la única oportunidad que tenía de satisfacerlos era masturbándome. Cada vez que mi entrepierna reclamaba atención subía a mi cuarto con cualquier pretexto y me hacía una pajita, primero fue solo con mis deditos y a medida que me iba animando buscaba algo que conformara a mi ardiente conchita, sin que me hiciera doler demasiado. Mis objetos preferidos fueron alguna hortaliza, o alguna fruta o algún envase de desodorante. Soñaba con que alguno de ellos era el pene de algún galán amante al que yo le ponía el rostro preferido en ese momento. Luego pasaba la lengua por mi “amante de turno” y saboreaba el rastro de mis jugos.

Mis calenturas eran cada vez más frecuentes y me sentía totalmente desconcertada porque en cuestiones de sexo era una ignorante, nunca había tenido alguien que me orientara en ese sentido. Para mis padres todo lo que tuviera que ver con relaciones sexuales era tabú y las chicas decentes no podían ni siquiera hablar de ello. Con mis amigas no podía contar porque estaban más o menos en la misma situación.

Formamos con un grupo de amigos, una barra con quienes nos juntábamos a charlar y a veces a bailar en la casa de alguno de ellos, eso sí, siempre bajo la supervisión de nuestras madres que nos vigilaban y que cuando veían que nos excedíamos en el abrazo del baile, inmediatamente nos llamaban al orden.

Fue en una de esas reuniones donde se festejaba el cumpleaños de 15 de una de mis amigas unos meses mayor que yo. El cumpleaños se realizó en una residencia con gran cantidad de invitados y yo me encontraba sumamente avergonzada por la forma en que iba vestida, para mis padres yo era “la nena” y como a tal me vestían. Eso por un lado, el humo del cigarrillo por otro y el estruendo de la música, me llevaron a refugiarme en la soledad del hermoso parque que rodeaba la lujosa casa. Estaba ensimismada en mis pensamientos disfrutando el fresco de la noche, cuando me sobresaltó el contacto de unas manos en mis hombros y una voz varonil que me pregunta:

-¿Qué estás haciendo escondida en la oscuridad?
Giré la cabeza y reconocí a Gabriel, el hijo de unos amigos de mi padre al que sólo conocía de vista y que por su edad, tendría unos 18 años, ni se dignaba a dirigirme la palabra.
-No me escondía, simplemente descansaba por unos minutos del ruido.
-Yo te conozco, me dijo, eres Natalia la hija de Marcelo, el amigo de papá
-Así es, le dije y tú eres Gabriel, te he visto en algunas reuniones
Durante el corto diálogo él mantuvo sus manos en mis hombros y luego las bajó y me tomó por la cintura.
-Veo muchachita que ya no eres la bebé que acostumbraba ver, algunas zonas de tu cuerpo me dicen que te estás transformando en señorita.
Sentí que sus manos subían a mis senos y comenzaban a acariciarlos mientras me apoyaba su cuerpo desde atrás trasmitiéndome su calentura e impidiéndome balbucear ni una palabra. Mis tetitas, a mis catorce años no se habían desarrollado demasiado, pero mis pezoncitos despertaron con las caricias y querían atravesar la tela del corpiño. Sentía deseos de que me besara y que yo pudiera acariciarlo y decirle cómo me gustaba lo que me estaba haciendo. Sin embargo no dije ni hice nada, me sentía paralizada, todo había sido tan sorpresivo. Y para colmo de penurias cuando Gabriel comenzó a levantar mi vestido para tocarme debajo sentimos voces, me arreglé apresuradamente la ropa y entré otra vez donde se realizaba la fiesta.

La verdad es que no podía creer en mi mala suerte, me sentía totalmente decepcionada y con mi conchita a mil de la calentura, sabía aunque no la tocara que mi bombachita era un enchastre por los jugos que me provocaron las caricias de Gabriel.

Pero parece que San Valentín se apiadó de mí. Alrededor de las dos de la madrugada, una de mis amigas que había concurrido a la fiesta en nuestro automóvil, expresó el deseo de volver a su casa. Mis padres estaban entretenidos platicando con sus amigos, y Gabriel se ofreció para llevarla él. Mi madre me llamó aparte y me pidió que los acompañara, pues no quería que los padres de mi amiga pensaran que la habían dejado sola con el chico. No se daba cuenta que había puesto el lobo a cuidar las ovejas.

Gabriel se sentó con mi amiga en el asiento delantero y yo en el de atrás. El viaje de ida transcurrió sin mayores alternativas y muy pronto dejamos a mi amiga en su domicilio. Al volver le pregunté a Gabriel si me pasaba al asiento delantero a la espera de algo más de lo del parque, pero me dijo que me quedara atrás. Estaba tristemente desilusionada cuando a unas pocas cuadras de la casa de mi amiga detiene el coche en la oscuridad.

Se baja, abre la puerta donde yo estaba sentada, y me pide que saque mis piernas hacia afuera. Lo vi manipulando el cinturón de su pantalón y al instante estaba debajo de sus rodillas. Me hizo bajarme la bombacha y abrir las piernas y ya acostumbrada a la oscuridad alcancé a ver su pija en total erección. De esa forma, sin un beso, sin una caricia, me penetró. No sentí absolutamente nada, apenas un leve escozor y luego de sacudirse durante algunos minutos eyaculó entre el ya tupido vello de mi pubis. Ese fue mi gran debut sexual. Sentí más placer cuando con mi bombacha me limpié la lechita de su acabada que cuando lo tenía adentro de mi vagina. A pesar de su torpeza como amante, le estoy agradecida por tener la sensatez de sacarla para eyacular.

Esa noche me hice una paja fenomenal y gocé como una perra mientras olía y besaba la bombachita con rastros de semen y de mis jugos vaginales. Me estaba convenciendo que mis consoladores ocasionales eran mis mejores amantes. Esa bombacha permaneció meses secretamente guardada y me era placentero lamerla todas las noches mientras me masturbaba y con ella recogía los jugos de mis orgasmos.

Ahora llego al inicio de mi relato, a mis recién cumplidos 17 años. En verdad me había convertido en un bomboncito, con un rostro muy agradable de grandes ojos marrones y una boca pulposa que parecía tallada para dar placer. Mis lolas sin ser exageradamente grandes estaban coronadas con dos pezones grandes de color del carmesí y de la textura del diamante cuando estaba excitada. Mi cola despertaba la admiración de muchos y en más de una oportunidad en los medios de transporte en los que se viajaba apretujados, me la apoyaban desde atrás al extremo de haber descubierto alguna mancha sospechosa sobre el vestido en mis nalgas. Mis piernas son largas con muslos gruesos y fuertes que terminan en mi verdadero orgullo: una conchita rosadita y siempre húmeda, rematada por una pelambre tupida y de color azabache, que me dan ganas de comérmela. Nunca me rasuré ni me depilé el pubis, me excito al saber que tengo un abundante vello que corona mi rajita. Mi delicada chucha era reina en ese espeso bosque negro.

Otra novedad en mi vida joven, es que estoy de novia con Jorge el hijo de un amigo de papá. Cuando comenzamos a salir me sentí realmente bien, no porque estuviera locamente enamorada, sino porque había logrado cierto grado de independencia, podía salir más sin el control estricto de mi madre. De Jorge les digo que era un ejemplar único, en nuestras primeras incursiones se comportó demasiado formalmente para mi gusto. Cuando íbamos al cine nos acariciábamos tanto como podíamos, yo le metía la mano en su bragueta y lo masturbaba suavemente, tenía que envolverle la verga en un pañuelo para que no manchara su ropa cuando eyaculaba. El también me acariciaba mi coñito y me hacía gozar. Hasta ahí las cosas me parecían normales, yo por fin podía tener una pija en la mano y gozar acariciándola y tenía quien me masturbara en las pocas oportunidades de intimidad que se nos presentaban.

Los problemas comenzaron al hacerse más íntima la relación, él no quería que traspusiéramos la barrera de las caricias, porque decía que eso sólo lo hacían las mujeres decentes después de casarse. Cuando en casa se iban a dormir mis padres, estando él de visita, ponía unos almohadones en el suelo, y me hacía colocar en posición de perrito y él desde atrás, sin sacarme la bombacha, me ponía la pija entre las piernas y me “cogía” hasta que acababa entre ellas. Eso me excitaba y mi volcán despedía fuego pero ansiaba tener adentro un buen pedazo de carne que calmara su sed. Pueden imaginar la frustración que eso me producía. Para que la relación no naufragara le propuse practicarle sexo oral, le confesé que me encantaría chupársela, pero se puso furioso, que eso lo hacen sólo las putas y que debería avergonzarme de querer hacerlo. Era obsesivo con las precauciones para evitar el embarazo, aunque estaba convencida que era sólo el pretexto para no cogerme. Lo confirmé cuando le propuse, para no correr riesgos, que me culeara, que penetrándome por el culito gozaríamos ambos sin peligro de preñarme, eso lo sacó de quicio, se ofendió y estuvo dos semanas sin dar señales de vida. Me decía que él me veía como la madre de sus futuros hijos, y que mis actitudes eran las mismas que las de las prostitutas a las que contrataba periódicamente para desahogarse.

Como se habrán dado cuenta yo continuaba masturbándome como loca sin conseguir otra satisfacción que la que yo me provocaba con mis pajas periódicas.

Para ese entonces yo ya había obtenido mi título de profesora de piano y lo ejercía en el domicilio de mis padres dando clases a un número nada despreciable de alumnos, chicos de entre 8 y 12 años. Fue en unas vacaciones para el verano en que comienza la experiencia con la que comencé este relato. Los chicos no concurrían a clases durante enero y febrero pero sí abonaban las cuotas. Por eso era frecuente que los alumnos, o sus padres vinieran a casa, con algún obsequio adquirido durante sus vacaciones, y con el monto de la cuota.

En una hermosa tarde cálida de enero recibo una llamada telefónica de Gustavo, padre de Cristian uno de mis alumnos preferido por su fácil aprendizaje, que me pedía que pasara por su oficina que me tenía preparado el cheque de la mensualidad y que por razones de trabajo le era imposible llevármelo a casa. Por supuesto acepté, los padres de Cristian eran un matrimonio de unos 35 años ambos, muy amables a los que visité en su casa en una oportunidad con motivo de una ligera indisposición de Cristian. Gustavo era un tipazo, no demasiado alto quizás pero atlético y que siempre estaba impecablemente vestido, era de esas personas que parecen recién salidos de la ducha en todo momento. Era hijo de alemanes pero no era rubio, todo lo contrario era un moreno de cabellos castaños. Su mujer, Zulma, era una rubia explosiva con un cuerpo escultural, el rubio era su color natural. Al igual que su marido lucía siempre muy elegante. Estaba encargada de una tienda de lencería propiedad de sus padres. Justamente para mi último cumpleaños me había regalado un conjunto de color rojo que me hacía sentir una verdadera diva.

Retomando con mi relato, al atardecer pasé por las oficinas de Gustavo, él muy gentilmente me hizo pasar y tomar asiento.
-Natalia hace tiempo que con mi mujer, queríamos mantener una conversación contigo, para definir el futuro musical de Cristian. Zulma y el nene se encuentran veraneando en la costa, yo estuve acompañándolos, pero tuve que regresar para retomar mis obligaciones.
En ese momento llamó el teléfono y escuché que daba instrucciones en cuestiones aparentemente de trabajo. Cuando se dispuso a retomar el diálogo nuevamente fue interrumpido por un empleado para consultarlo sobre cómo solucionar otro problema. Le dijo que esperara un momento y me propuso.
-Profesora, aquí en la oficina no me van a dejar tratar el tema Cristian con tranquilidad, Quiero proponerte lo siguiente:
¿Por qué no nos reunimos en un par de horas, vamos a cenar y ahí sí podemos explayarnos sobre el tema?
-Yo creo que no tendré ningún inconveniente pero te lo confirmo telefónicamente. Voy a consultar con mis padres, porque no sé si mi novio llamó para convenir algún plan de salida.
-Bueno, espero tu llamado.
Nos despedimos en forma cordial y me acompañó hasta la puerta del ascensor.

Cuando llegué a casa llamé a Jorge y le dije que me habían invitado a cenar los padres de un alumno. Ahora pienso que mentí pero en una forma absolutamente inocente, esta no era una cita con un pretendiente, Gustavo me trató siempre en forma respetuosa y jamás dejó entrever otras intenciones.
A mis padres también les dije lo mismo, estoy seguro que si hubiese sido sincera me habrían puesto objeciones para que desistiera de la salida.
Llamé a Gustavo y le confirmé que lo acompañaría. Me bañé y me vestí en forma sobria y elegante, eso sí, no pude resistir a la tentación de ponerme el conjunto que me regalara Zulma que constaba de un diminuto corpiño y una pequeña tanguita.

Fuimos puntuales ambos, me llevó a un pequeño restaurant donde según Gustavo servían un excelente menú con una esmerada atención. Pude comprobarlo, comimos opíparamente y mantuvimos una distendida conversación versada en diferentes temas, no sólo en el futuro de Cristian. Yo me encontraba exultante, quizá tuviera que ver la copa de buen vino con que acompañamos la cena. Todo se sucedía con total normalidad, era una reunión de dos amigos departiendo amigablemente. Como en el lugar no servían café, convinimos ir a otro lugar para acompañarlo con una copa, y luego me llevaría a casa.

En el trayecto hacia los suburbios, Gustavo me advirtió que íbamos a un lugar exclusivamente para parejas y que su particularidad era la oscuridad para preservar la intimidad de los asistentes. Me consultó si eso me molestaba, pero lo tranquilicé y le confesé que con Jorge mi novio concurríamos asiduamente.

Efectivamente el local era los denominados “nigth club” en donde las parejas concurrían para beber algo, bailar y pasar un grato momento. Cuando ingresamos al local nos acompañó hasta la mesa un mozo con una pequeña linterna, la oscuridad era total pero con la luz del artefacto se divisaban algunas parejas bailando en una estrecha pista y otras ocupando lugares en los alrededores. Gustavo le pidió al camarero café a la italiana y whisky a la rocas.
-¿Cómo estás? Me preguntó
Bien, respondí el vino me dio un poco de sueño pero ahora con el fresco de la noche me despejé totalmente.
¿Te gusta el baile?
Sí, me encanta aunque no soy buena danzarina, pero en ritmos que no exijan demasiada destreza, me animo.
Como en esos locales se sobreentiende que la música es para enamorados, todos los temas eran lentos y suaves. Después de terminar los cafés, Gustavo me tomó del brazo y me llevó a la pista. Me enlazó la cintura y me dejé llevar lánguidamente al ritmo de la música.
Pensaba en lo más íntimo cómo se desarrollaron los hechos, estaba en plena oscuridad en brazos de un hombre que prácticamente desconocía, y que había conseguido que yo disfrutara de ese momento y de su amigable compañía.

Estábamos con las mejillas juntas y los cuerpos apretados, él me acariciaba suavemente la espalda y noté que el contacto estaba haciendo que se excitase, al punto que comencé a percibir sobre mi pancita el despertar de su sexo. No pude evitarlo, inconscientemente me frotaba contra ese bulto y lo gozaba. Comencé a sentir en mi vientre ese aletear de mariposas y los labios de mi vulva comenzaros a destilar el fruto de mi calentura.

Gustavo al darse cuenta de mi estado, hizo sus caricias y sus besos más audaces. Su mano derecha descendió hasta mis nalgas y las acariciaba y apretaba contra su cuerpo para que sintiera la fuerza de su duro miembro. Sus labios recorrían mis hombros y mi cuello dejando estelas húmedas de su lengua. Cuando suavemente su boca se posó en la mía, entreabrí mis labios para recibir su lengua tibia y ambas iniciaron una erótica danza, sus manos recorrían tanto mis pechos como mis nalgas que al igual que mi cuerpo ardían. No sé cuánto tiempo transcurrió, hasta que decidimos volver a nuestra mesa.

Tomamos unos sorbos de whisky, estábamos sentados uno al lado del otro, él había pasado un brazo sobre mis hombros y me besaba profundamente, su larga lengua jugaba con la mía. Con la otra mano me desprendió la blusa y sacó mis tetas por encima del corpiño, y a partir de ahí se desprendió de mi boca y sus besos fueron para ellas, las besaba, las lamía, succionaba y mordía los pezones, yo volaba de la calentura.

Pronto su mano comenzó a jugar en mis piernas, que yo por una cuestión de pudor mantenía cerradas, pero que se fueron entreabriendo sin que yo pudiera evitarlo. Cuando sentí que alcanzó la tanguita le pedí que se detuviera, le confesé que me daba vergüenza que advirtiera lo mojada que la tenía. Él no dijo nada, con sus dedos corrió la bombacha a un costado y los refregó en mi almejita, luego los llevó a su boca y los succionó. Se acercó a mi oreja y me dijo:
-Mi amor, tus jugos para mí son néctar, me muero por comerme tu conchita.
Suavemente me hizo parar de frente a él y subió las manos por mis piernas por debajo del vestido y me acariciaba el culo mientras me chupaba las tetas. Luego tomó la tanga por el elástico y me la bajó hasta los pies, se agachó la recogió y me pidió que la guardara en la cartera. Sus dedos penetraron mi inundada vagina y durante un instante la acariciaron pero evitando que me corriera. Puso esos dedos en mi boca que recibió agradecida el flujo de mi conchita.

Cuando me senté nuevamente, tomó una de mis manos y la puso sobre su pierna en contacto con su verga encerrada que luchaba por su libertad. Ahí comenzó el gran homenaje a mi ardiente concha, sus dedos entraban y salían o bien acariciaban mi erguido botoncito o se posaban en el otro agujerito que se contraía de gusto con la caricia. Mi mano tímidamente rodeaba por encima del pantalón la cabeza de su pija y mis dedos la acariciaban muy suavemente.
Tengo el recuerdo nítido de que en un momento dado sentí un dedo invasor que penetraba el agujero de mi culito, di un respingo, sobresaltada y eso provocó que oprimiera con más fuerza su miembro.
- ¿Qué sucedió? ¿Te hice daño? Preguntó.
No simplemente me sorprendí, esa zona no está acostumbrada a recibir visitas.
Quizá alguna vez quiera que lo visite y entablemos una hermosa relación.
Yo dejé flotando la respuesta porque este me pareció un tema muy escabroso. Ya eran cerca de las 23 horas y muy a pesar mío le pedí que fuéramos preparándonos para retirarnos del club. Tenía la secreta esperanza que él me propusiera llevarme a apagar mi calentura, si bien en el local me había provocado dos profundos orgasmos, mi chuchita pedía más.

Caminamos del club hasta la oscura y desierta playa de estacionamiento, yo parada al lado de la puerta del auto esperando que la abriera, en lugar de eso me tomó desde atrás apretando y amasando mis tetas mientras me restregaba y me hacía sentir la dureza de su pija en la ranura del culo; yo, no sólo me frotaba contra el miembro sino que lo tomé por sobre el pantalón para que el sintiera aún más placer. Me dio vuelta y comenzó a comerme la boca, y ya no pude resistir más, le bajé la cremallera, introduje la mano y dejé el pájaro en libertad. Estábamos en total oscuridad así que no podía verlo, pero mis manos me confesaron que era enorme, mis largos dedos de pianista no conseguían abrazar la cabeza en su totalidad. Me levanté el vestido y la abracé con mis muslos, como no me había puesto la tanga sentí su contacto en mi cachuchita, la cabeza me llegaba hasta el agujero del culo.
No sé porqué la comparé con la de Jorge y determiné que aquella era de juguete.

Entramos en el auto y comenzamos con los juegos nuevamente y yo lo que más deseaba era seguir acariciando su verga. No tengo muy claro si fue mi decisión o la mano de él la que guió mi cabeza hasta acercar mis labios a ella, pero sí tengo presente que cuando le di un suave beso en la punta quedaron prendidas en mis labios unas gotas que a mi lengua le parecieron exquisitas. Comencé a improvisar, le pasaba la lengua hasta los grandes y pesados huevos, él gemía muy quedo. Luego me metí la cabeza en la boca y comencé a chupar, a lamer, a hacerle sentir la dureza de mi lengua en el agujerito que seguía destilando ese delicioso juguito. Con una mano lo tomé del grueso tronco y comencé a masturbarlo sin sacarme la cabezota de la boca. Él balbuceaba y me decía: -¡¡¡ Seguí ¡!! Seguí mi amor que te voy a llenar la boquita de leche tibiecita.
Yo redoblé mis esfuerzos porque uno de mis más fervientes anhelos desde siempre era imaginar cómo gozaba un macho en mi boca y pronto recibí mi recompensa. Él comenzó a contraerse y explotó, sentí como los chorros de semen inundaban mi boca, yo tragaba golosamente, no quería desperdiciar ni una gota pero era tal la cantidad que una parte de esa deliciosa crema desbordó mis labios y se deslizó por la verga hasta mi mano. Puedo decir que cumplí, no dejé ni una gota sin tragar y la dejé limpia y reluciente de tanto pasarle mi lengua.

Gustavo permaneció unos minutos totalmente relajado con la pija abrigada en mis manos, luego comenzó a aflojarse y la volví a su lugar dentro del pantalón.
-Mi amor, me dijo, ahora no quiero que nos separemos sin que te haya hecho gozar con un soberano polvo, muero por chuparte esa chucha hermosa y quiero tragarme los jugos de tus acabadas. Quiero que me acompañes a un lugar íntimo y tranquilo donde pueda hacerte gozar como una yegua.
Claro que quiero papito, pero antes quiero llamar a mi casa para que no se preocupen por mi tardanza. Seguro que quiero que me hagas de todo, pero debes tenerme paciencia por mi poca experiencia, a veces me siento tan torpe…

Entramos a la habitación del hotel, y lo primero que observé fue la limpieza y el lujo mezclados con un cierto ambiente erótico que le daban los cuadros de cuerpos desnudos. Apenas ingresamos le dije a Gustavo que necesitaba ir al w.c., aproveché para orinar y luego me lavé y sequé mi vagina y volví a la habitación. Me sorprendí, estaba totalmente desnudo al lado de la cama esperándome. Parecía un dios griego, su miembro era espectacular, me abrazó y empezó a desvestirme. Cuando estuvimos los dos completamente desnudos le así el falo, me senté en la cama y mientras le daba cariñosas lamidas me puse a impregnar mis ojos con esa belleza. La cabeza de color granate como una ciruela madura y el mástil era de un color rosadito. No doy medidas porque no se calcular, pero sin ser una experta me pareció colosal. Me dejó que por unos minutos lo estudiara de cerca y lo mimara con mi lengua y luego me invitó a acostarme para también disfrutar de lo mío.

Me hizo acostar naturalmente boca arriba y él me encimó y empezó un preludio de besos húmedos y profundos, de a poco bajó a mis pechos y también a ellos los agasajó con chuponcitos, lamidas y mordiscos en los pezones. Después de detenerse para penetrar con su lengua el ombligo le tocó el turno al pubis y en pocos instantes mis mechoncitos estaban húmedos como si hubiera salido de la ducha. Pensé que estaba a punto de recibir mi primera mamada de concha de mi vida, pero el pareció ignorarla y comenzó a recorrer la cara interna de mis muslos con su lengua desde mi tesoro hasta las rodillas y desde las rodillas a mi tesoro. Descendió hasta los pies y también a los dedos, uno por uno fue chupando y mordiendo suavemente.

Y así de golpe su boca se posó en los labios de mi conchita, fue para mí una sensación celestial, inicialmente se limitó a recorrer con la lengua cada pliegue de la almejita, para a continuación penetrarme la vagina con esa cálida, gruesa y larga lengua, yo me daba cuenta que destilaba jugos como una yegua y el sorbía de ellos. Luego endurecía la punta de la lengua contra el clítoris y uno de sus dedos me penetraba y se empapaba de mi goce, para luego dirigirse a la entrada de mi ano y enterrarse en él. Ese dedo que entraba y salía de mi culito al mismo tiempo que la lengua me acariciaba el botoncito hizo que lo asiera de sus cabellos y lo apretara contra mi concha mientras explotaba en mí un orgasmo que me obligó a morder la almohada para no lanzar un aullido de felicidad ante tanto placer. Gustavo recogió una bocanada de mis flujos y la depositó en mi boca mezclada con su saliva, mientras ambas lenguas se repartían el botín del goce.

Mi experimentado amante permanecía encima de mi cuerpo con su lengua en mi garganta mientras yo trataba de beberme el sabor de mi sexo de sus labios, de los que se desprendía el fascinante aroma de la hembra en celo. Me pidió que me relajara y que abriera las piernas todo lo que pudiera y pronto sentí el contacto de su dura pija que se frotaba contra mi inundado coñito, le rogué que por favor me penetrara muy suavemente. El quiso que fuera yo misma la que con mi mano fuera guiando la penetración. Cuando me sentí preparada para recibirlo apoyé su enorme glande en la puerta del agujerito y le pedí que empezara a empujar. Luego de varios intentos frustrados en los que tenía que desistir por el intenso dolor que me provocaba, me aconsejó que respirara muy profundamente y que retuviera el aire lo más posible en los pulmones para relajarme, repetí el ejercicio varias veces, y sufrí horrores cuando la cabezota se alojó en mi vagina. Él lamía y me enjugaba las lágrimas, consolándome con palabras tiernas y sin continuar con la penetración. Poco a poco me fui calmando, el ofreció sacármela y dejarlo para otro momento, pero me negué, era una extraña sensación, por un lado el dolor y por otro la pasión tierna que me provocaba sentirlo dentro. Acerqué mi mano al mástil y comprobé con angustia todavía estaba toda afuera, sentí que esa monumental verga se me iba metiendo hasta el alma, lenta e interminable. Ya casi no me dolía, el dolor fue dejando paso al placer, y me pareció que me llegaba al fondo de la vagina, sentía la que las tibias pelotas me acariciaban mi otro agujerito y la sensación de mis vellos entremezclados con los suyos me indicó que me la había enterrado toda, sin dejar un solo centímetro fuera. No podía explicarme como mi chocho podía contener semejante pija, él permanecía inmóvil encima mío, su lengua se trenzada con la mía o me chupaba las tetas, o me lamía las axilas o me daba chupones en el cuello. Durante esos minutos de caricias mi vagina se fue adaptando al tamaño del miembro y mis flujos fueron lubricando su piel de manera que permitiera su movimiento.

Se apoyó con las manos en la cama de manera que nuestro único contacto era su pija dentro de mí, y comenzó con un imperceptible vaivén de caderas que lograba que su tronco friccionara el clítoris. Luego me tomó de los tobillos y me sacaba el nabo unos centímetros para volver a clavármela entera. Yo lloraba de gusto, era tal mi excitación que yo misma con mis caderas le salía al encuentro para que me la metiera hasta el fondo.

En un momento dado dudó y se detuvo, me preguntó si tomaba algún tipo de precaución para evitar quedar embarazada. Le confesé que mi novio me compelía a hacerlo, que podía acabar con total seguridad dentro. Eso pareció tranquilizarlo y comenzó con fuertes estocadas que me provocaban un placer tan intenso que deseaba que me tuviera clavada para siempre. Cuando los movimientos se hicieron más acompasados y rápidos le así las nalgas con mis manos y comencé a ondular las caderas para ayudarlo a que alcanzara su clímax. Le pedía, le suplicaba, con voz entrecortada: ¡¡¡ “Así papito, así ¡!! Dame la lechita mi amor, llename la chauchita de esa cremita milagrosa y apagá el fuego que encendiste en mi vientre con esa lengua divina”. Pronto sentí los chorros que me inundaban, era deliciosa la forma en que golpeaban contra el útero brindándome un placer supremo. Le rodeé la cintura con mis piernas y abracé su espalda, no le permití que se separara de mí, no quería tampoco que se derramara nada de su lechita, la quería toda para mí dentro de mi concha ahora dolorida y satisfecha.

Descansamos varios minutos en esa posición y muy lentamente ese monstruo que tenía adentro se rindió y se fue ablandando, cuando la sacó era una masa sanguinolenta, restos de sangre y de semen se mezclaban en su miembro.
Me miró con extrañeza, y le dije que no se ilusionara, que no era virgen, eso lo había provocado el enorme tamaño de su pija en la ahora maltrecha chuchita.

Nos lavamos recíprocamente nuestros sexos y volvimos a la cama con el pretexto de descansar unos minutos de la batalla que había terminado sin vencedor ni vencido. Pero las caricias y los besos hicieron que nuevamente su verga pareciera de acero, le ofrecí aliviarlo con mis manos, o entre mis tetas o con mi boca, y al final fue un poco de cada una de ellas y terminó masturbándose con sus manos mientras yo la mamaba a la espera del néctar. Me declaro terminantemente adicta a degustar el semen, me apasiona sentir como esa suave crema se desliza por mi garganta dejándome en la boca el sabor del macho derrotado y satisfecho.

Esa noche fue la primera, desde mi niñez, que no me masturbé, estaba plena de sexo, mi vulvita inflamada y dolorida no me exigía nada. Me dormí con imágenes confusas, la emoción de sentir el bulto mientras bailábamos; su lengua, sus labios y sus dientes comiendo de la mía, su mano acariciando mi concha y mi culito, mi boca recibiendo los espesos chorros de semen y su verga enterrada hasta los huevos en mi concha. FELICIDAD CON MAYÚSCULA.

Espero que hayan disfrutado con el relato de esta experiencia, si supiera que lo he conseguido, les relataría la segunda parte que creo es más caliente que esta. 

“mi esposa, el hermano del cuñado de mi esposa y yo…”

Les cuento que la hermana de mi esposa, vino del exterior a visitar Venezuela con su esposo y su cuñado, que se llama Juan Carlos, tiene 23 años y es pavito, le gusta cuidar mucho su cuerpo y comer sano, mi esposa es una catira de 1.65m, muy buen cuerpo y buen trasero, senos pequeños pero con una totona bien grande, afeitadita y rosadita…. pues visitamos muchos sitios, fuimos al Ávila, Merida, la playa entre otros, en unos sitios alquilamos posada y en otro habitaciones para parejas y el dormía sólo…pero el día que fuimos a la playa nos quedamos en un apartamento en el Resort Isla del Sol en chichiviche, el cual tiene una habitación matrimonial con su baño privado y el resto de Sofa camas están afuera en la sala, mi cuñada insistió en darme la habitación matrimonial pero mi esposa y yo no quisimos y se las dimos a ella, y mi esposa, Juan Carlos y Yo en la sala…
Una vez en la playa ya tomando cervezas le comento a mi esposa “verga Juan si que tiene un buen bulto jajaja y mi esposa también se ríe” nos fuimos a bañar y me la quería coger en lo hondo pero no quiso, me dijo aguanta para más tarde, wuaooo ya sabia que se aproximaba un trío… regresamos al Resoort, fuimos a las piscinas ya un poco prendido todos nos bañamos y besando a mi esposa le comento “entonces hoy te vas a comer dos pijas, jajaja se ríe y se mete bajo el agua” ya a las 7pm nos fuimos al apartamento, comimos y nos ponemos ropa de dormir menos Juan que caminaría por el Resoort para ver si encontraba novia, el salió y mi esposa se pone una pijama corta y dice “ya me vieron en hilos en la playa, total El pijama tapa más” luego nos pusimos a ver tv, mi cuñada se fue a dormir y le dejo el sofá cama acomodado a su cuñado Juan Carlos, mientras nosotros dormíamos cerca de él, ya Cómo a las 10pm llegó Juan, mi esposa estaba de espalda a su cama como a propósito, mientras me abrazaba bien rico, yo me daba cuenta por el rabo del ojo como el la miraba como con ganas de lanzarsele arriba.
Yo pasaba la mano suavemente por su pierna, el volteo la mirada y luego apagamos el tv, comenzamos a besarnos y cuando la tocó estaba mojada bien rica y sin hacer mucho ruido se lo comienzo a meter pero ella gimió tan rico como para que escuchara y de una vez dijo “me van a castigar escuchando o me van a invitar” a lo que le dije, ven anímate, verga cuando veo su pija le dije a mi esposa No creo que la aguantes, por primera vez le dije a mi esposa que se la chupara mientras yo la cogía, mi esposa gemía muy suave pero rico, hacia Qué nos excitaramos mucho más, luego mi esposa me dice ” quiero que Juan me la meta y tu me veas bebé” pues no me quedo de otra que observar. Mi esposa Lo pone debajo para cabalgar sobre el y poder metersela toda… wuaoooo cuando ella se comienza a sentar y mete su verga casi que acabo al ver su cara de felicidad y ganas por cogerselo y disfrutar de ese guevo… comenzó a moverse rico, a su vez gemía como una putica, yo no me aguante de ver semejante verga dentro de mi esposa y Cómo lo disfrutaba que acabe masturbándome, mi esposa al verme acabar se daba más duro y Rico sintiendo un órgasmo tan rico que se retorcía del placer por no poder gemir duro y despertar su hermana, a su vez apretaba duro a Juan el cual le acabo adentro, se lo dejo adentro un rato, luego se bajo, todos fuimos al baño y luego nos acostamos a dormir, antes de eso dijo que fue demasiado rico, que nunca había hecho eso, espero se repita… mañana le cuento como fue el siguiente día….

La “joven” madre de un compañero de trabajo, se pasó de putita ,me calentó y me la cogí…aquí la historia. Resulta que en mi trabajo había un compañero que tenía 19 años, yo le daba “aventon” cuando podía ya que vivíamos por el mismo rumbo, además yo era su jefe directo; en una ocasión que salí de trabajar, yo no había llevado mi auto y se ofreció a llevarme, ya que su mamá iría por el. Al conocer a su madre, note que era muy joven; después de platicar, se me hizo una señora muy amena y nada más; Nos despedimos de mano y muy formal, la señora me hablaba de ud y yo correspondía. Cabe resaltar que a doña Manuela (vaya nombre), sólo la vi sentada en el asiento del conductor Luego de un par de semanas, yo iba camino a mi trabajo, cuando vi un rico culito bien paradito, ancho de caderas, envuelto en un pants color gris, que a su vez marcaba una rica tanga. Me acerque para verlo bien, y vaya sorpresa, cuando voltea, era Doña Manuela; sinceramente me saqué de onda, porque me cacho viéndole el culo; nos saludamos, y entonces me ofrecí a echarle ride y ella me dijo que iba al parque a hacer ejercicio; en el breve recorrido de no más de 5 minutos, me dijo que iba hacer ejercicio para estar de buen ver, que era viuda, pero tenía un novio, que le gustaba mi trabajo ( soy locutor de radio), y que tenía 44 años. Cuando quise hablar de mi, habíamos llegado al destino, dejamos pendiente la platica, pero esta vez cuando se despidió, lo hizo de beso y noté claramente que era otra actitud a la del primer día. Nos intercambiamos teléfonos y hasta ahí, Un domingo se acerco su hijo, mi compañero de trabajo me invitó a su casa a ver un partido de fútbol y acepté; al llegar estaba su mamá y el novio de ella; desde que la vi, no pude evitar verle el culo, se le veía riquísimo en unos leggins entalladisimos color rojo y unas zapatillas del mismo color. Empezamos a beber todos un poco y fue desinhibiendose, y me daba cuenta que ella trataba de poner sus nalgas de tal forma que me quedara muy visible. En cierto momento, vi que la mano de su novio paso por su cintura y le acarició las nalgas, yo hacía como que miraba a otro lado pero le vi muy bien como el novio de Doña Manuela le acomodo el resorte de la tanga y la verga se me paro y más cuando me percate que Manuelita se daba cuenta que la veía. Lo mejor de esa tarde vino a continuación, el novio de Doña Manuela salió a comprar refrescos y su hijo subió al baño, y ella me dijo que fuéramos al patio a mostrarme la motocicleta de su novio. Cuando llegamos ella se monto en la moto y claramente paro su hermoso trasero, y me dijo: Manuela: Cómo me veo Carlitos? Yo: Ufff super bien, muy sensualona. me atreví a decir Manuela: A poco si? pero si tu trabajando en una estación de radio debes tener varias chamaquitas a tu merced Yo: Nooo, pero son más interesantes las mujeres más maduritas, las casadas,las viudas o divorciadas Manuela: jajajaja a poco si y porque? Me puse detrás de ella viéndole de forma descarada el culo y le dije: Yo: porque ya saben a lo que van y saben disfrutar mejor, son directas, además muy atrevidas Lo anterior le calentó la panochita y me dijo: Manuela: Crees que yo sea atrevida? En eso escuchamos los pasos de su hijo y valió madres la platica, tuvimos que cambiar el tema, pero a partir de eso, el tiempo que me quedé ahí se mostró sensual, sonriente y a veces ya tirándome el calzón, por lo que me preferí retirarme. Se acercaba un periodo de vacaciones y el hijo de Manuela me había dicho que se iría una semana a Guerrero y a mi se me prendió el foco. Aproveche la ausencia de su hijo en casa y fui a “buscarlo”, sabiendo que no estaba,y que el novio de manuela estaba trabajando. Lleve unas cervecitas y toque a la puerta. Me abrió Manuela y traía otra vez un pants, esta vez color blanco y como siempre una rica tanga. Yo: Buenas tardes estará Sam? Manuela: No Carlos, pensé que sabias que se había ido, pero pasate… Yo: uuuy yo traía unas chelitas, no ps cómo cree? Manuela: Pasa, siéntate, estaba haciendo algo de ejercicio, quiero platicar contigo. Cuando se dio vuelta me daban ganas de agarrarle el culo. Pasé, destapamos un par de cervezas y me empezó a contar unos “problemas” que tenía con su novio y terminamos con la platica subida de tono Manuela: Dame dos minutos, voy arriba a cambiarme, que así me veo bien fachosa YO: noo,al contrario se ve muy bien Manuela: Hablame de tu, siempre me ves en pants, que vas a pensar de mi? Yo: Lo único que pienso es que es eres mamá de un compañero y…no vaya un día a hacer o decir algo fuera de sitio se acerco y me dijo: Manuela: Que me dirias o que me podrías hacer? Era la señal que esperaba Yo: Que tal si un día se me sale decirte…que me encantaria saber a que huele ese trasero que tienes Manuela sacó los ojos, cuando me escucho decir eso…no había chance para más, era ahora y seguí con mi lenguaje fuerte… Yo: Si supieras como me calienta imaginar que puedo coger con la mamá de un compañero de trabajo, que le hago honor a su nombre, me masturbo pensando en ud Manuela no decía nada y entonces me acerque, le di la vuelta, le baje hasta las rodillas su pants y le metí una nalgadota Yo: A poco a ti no te calienta la idea que el compañero de trabajo de tu hijo, te meta la verga Manuela: Aaaaahhhg sigue Cuando dijo eso, le levante la blusa, le bese la espalda aún sudorosa, y fui bajando hasta que llegue a su rico culo, lo bese, le di mordiditas, cuando estuve en su raya le olí profundamente y me volví a subir la cuello., diciéndole: YO: Que rico te huele el culo manuela: Que caliente me pone eso YO: Eres putisima, bien que sabes el par de nalgas que tienes, Manuela: Quiero que me chupes la panocha wooooooow cuando me dijo eso la puse de frente, jale un mini banquito que estaba usando para hacer ejercicio y ahí le subi uno de su pies de tal forma que quedara abierta de patas. Ahí me puse de rodillas y le empece a mamar su panochita depilada, sólo se habia dejado una delgada línea de bello. Estuve un ratito mamando y sólo escuchaba que la muy puta decía: -maaaaaas papito, aprovechame, -chupame la papayitaaaaa, que rica lenguaaaa -ahhhhhhhh que caliente me tienes cabron - hooooooooooy me coges porque me coges cabron Me levante y la puse de a perrito acomodada en el sillon y ahí me puse un condón y después de juguetear con que se la metía y le tallaba la puntita, la mama de mi compañero de trabajo me dijo -Ya metemela papacito, hazme venir que te traigo ganas YO: aahhh siii? Manuela: mmmmghh siii entonces se la deje ir toda y la cabrona grito Manuela: Aaaaaaaaahhhhhh que buena verga YO le decía cosas para calentarla como - eso querias putita, se me antojaba tu culo y ya te lo chupe, se te antojaba mi verga, ahora aprovechala -Que puita te ves así, cogiendo en casita… Eso la calentó bien cabron Y entonces vino algo muy morboso… Le dije…imaginate que tu hijo estuviera en su cuarto Manuela: Aaaaaaagggghh que ricoooo Yo. que no puedieras gritar porque el estuviera en su cuarto Pinche Manuela se empezó a mojar cabronsisisimo, le metí un dedo en la boca y me chupaba como si tuviera otra verga y yo seguí con su mosbosa fantasía que se veía le gustaba Manuela: No mameeeeeees, no mameeeeees eso esta riquisimo, callate no me hagas gritar que me va escuchar (siguió con la fantasia) Yo le vi todavía más cabron y puse una foto de su novio en frente y le dije: Imagina a tu hijo acostadito en su cama y a tu novio viendo como te meto la verga y te hago venir Manuela no aguantó máaaaas y empezó a decir un buen de cosas calientes, peor lo que más me llamó la atención es que antes de venirse me dijo: Manuela: Hijo de la chingadaaaaaaaaaa que ricoooooo se empezó a venir y yo remate agarrandola del pelo y diciendole: YO: Vente, grita pinche sucia, despierta a tu hijo, imagina a tu novio chaqueteandosela por nosotros manuela se venía como loca, acabo y se dió la vuelta me empezó mamar la verga y no tarde en venirme, pero antes que eso pasara me pidió siguiera diciendole cosas calientes de su novio e hijo, me vine en su boca y cara, nos echamos luego otro palito, pero hay y habrá más de esta madurita.

La “joven” madre de un compañero de trabajo, se pasó de putita ,me calentó y me la cogí…aquí la historia.
Resulta que en mi trabajo había un compañero que tenía 19 años, yo le daba “aventon” cuando podía ya que vivíamos por el mismo rumbo, además yo era su jefe directo; en una ocasión que salí de trabajar, yo no había llevado mi auto y se ofreció a llevarme, ya que su mamá iría por el. Al conocer a su madre, note que era muy joven; después de platicar, se me hizo una señora muy amena y nada más; Nos despedimos de mano y muy formal, la señora me hablaba de ud y yo correspondía. Cabe resaltar que a doña Manuela (vaya nombre), sólo la vi sentada en el asiento del conductor
Luego de un par de semanas, yo iba camino a mi trabajo, cuando vi un rico culito bien paradito, ancho de caderas, envuelto en un pants color gris, que a su vez marcaba una rica tanga. Me acerque para verlo bien, y vaya sorpresa, cuando voltea, era Doña Manuela; sinceramente me saqué de onda, porque me cacho viéndole el culo; nos saludamos, y entonces me ofrecí a echarle ride y ella me dijo que iba al parque a hacer ejercicio; en el breve recorrido de no más de 5 minutos, me dijo que iba hacer ejercicio para estar de buen ver, que era viuda, pero tenía un novio, que le gustaba mi trabajo ( soy locutor de radio), y que tenía 44 años. Cuando quise hablar de mi, habíamos llegado al destino, dejamos pendiente la platica, pero esta vez cuando se despidió, lo hizo de beso y noté claramente que era otra actitud a la del primer día. Nos intercambiamos teléfonos y hasta ahí,
Un domingo se acerco su hijo, mi compañero de trabajo me invitó a su casa a ver un partido de fútbol y acepté; al llegar estaba su mamá y el novio de ella; desde que la vi, no pude evitar verle el culo, se le veía riquísimo en unos leggins entalladisimos color rojo y unas zapatillas del mismo color. Empezamos a beber todos un poco y fue desinhibiendose, y me daba cuenta que ella trataba de poner sus nalgas de tal forma que me quedara muy visible. En cierto momento, vi que la mano de su novio paso por su cintura y le acarició las nalgas, yo hacía como que miraba a otro lado pero le vi muy bien como el novio de Doña Manuela le acomodo el resorte de la tanga y la verga se me paro y más cuando me percate que Manuelita se daba cuenta que la veía. Lo mejor de esa tarde vino a continuación, el novio de Doña Manuela salió a comprar refrescos y su hijo subió al baño, y ella me dijo que fuéramos al patio a mostrarme la motocicleta de su novio. Cuando llegamos ella se monto en la moto y claramente paro su hermoso trasero, y me dijo:
Manuela: Cómo me veo Carlitos?
Yo: Ufff super bien, muy sensualona. me atreví a decir
Manuela: A poco si? pero si tu trabajando en una estación de radio debes tener varias chamaquitas a tu merced
Yo: Nooo, pero son más interesantes las mujeres más maduritas, las casadas,las viudas o divorciadas
Manuela: jajajaja a poco si y porque?
Me puse detrás de ella viéndole de forma descarada el culo y le dije:
Yo: porque ya saben a lo que van y saben disfrutar mejor, son directas, además muy atrevidas
Lo anterior le calentó la panochita y me dijo:
Manuela: Crees que yo sea atrevida?
En eso escuchamos los pasos de su hijo y valió madres la platica, tuvimos que cambiar el tema, pero a partir de eso, el tiempo que me quedé ahí se mostró sensual, sonriente y a veces ya tirándome el calzón, por lo que me preferí retirarme.
Se acercaba un periodo de vacaciones y el hijo de Manuela me había dicho que se iría una semana a Guerrero y a mi se me prendió el foco. Aproveche la ausencia de su hijo en casa y fui a “buscarlo”, sabiendo que no estaba,y que el novio de manuela estaba trabajando. Lleve unas cervecitas y toque a la puerta.
Me abrió Manuela y traía otra vez un pants, esta vez color blanco y como siempre una rica tanga.
Yo: Buenas tardes estará Sam?
Manuela: No Carlos, pensé que sabias que se había ido, pero pasate…
Yo: uuuy yo traía unas chelitas, no ps cómo cree?
Manuela: Pasa, siéntate, estaba haciendo algo de ejercicio, quiero platicar contigo. Cuando se dio vuelta me daban ganas de agarrarle el culo.
Pasé, destapamos un par de cervezas y me empezó a contar unos “problemas” que tenía con su novio y terminamos con la platica subida de tono
Manuela: Dame dos minutos, voy arriba a cambiarme, que así me veo bien fachosa
YO: noo,al contrario se ve muy bien
Manuela: Hablame de tu, siempre me ves en pants, que vas a pensar de mi?
Yo: Lo único que pienso es que es eres mamá de un compañero y…no vaya un día a hacer o decir algo fuera de sitio
se acerco y me dijo:
Manuela: Que me dirias o que me podrías hacer?
Era la señal que esperaba
Yo: Que tal si un día se me sale decirte…que me encantaria saber a que huele ese trasero que tienes
Manuela sacó los ojos, cuando me escucho decir eso…no había chance para más, era ahora y seguí con mi lenguaje fuerte…
Yo: Si supieras como me calienta imaginar que puedo coger con la mamá de un compañero de trabajo, que le hago honor a su nombre, me masturbo pensando en ud
Manuela no decía nada y entonces me acerque, le di la vuelta, le baje hasta las rodillas su pants y le metí una nalgadota
Yo: A poco a ti no te calienta la idea que el compañero de trabajo de tu hijo, te meta la verga
Manuela: Aaaaahhhg sigue
Cuando dijo eso, le levante la blusa, le bese la espalda aún sudorosa, y fui bajando hasta que llegue a su rico culo, lo bese, le di mordiditas, cuando estuve en su raya le olí profundamente y me volví a subir la cuello., diciéndole:
YO: Que rico te huele el culo
manuela: Que caliente me pone eso
YO: Eres putisima, bien que sabes el par de nalgas que tienes,
Manuela: Quiero que me chupes la panocha
wooooooow cuando me dijo eso la puse de frente, jale un mini banquito que estaba usando para hacer ejercicio y ahí le subi uno de su pies de tal forma que quedara abierta de patas. Ahí me puse de rodillas y le empece a mamar su panochita depilada, sólo se habia dejado una delgada línea de bello. Estuve un ratito mamando y sólo escuchaba que la muy puta decía:
-maaaaaas papito, aprovechame,
-chupame la papayitaaaaa, que rica lenguaaaa
-ahhhhhhhh que caliente me tienes cabron
- hooooooooooy me coges porque me coges cabron
Me levante y la puse de a perrito acomodada en el sillon y ahí me puse un condón y después de juguetear con que se la metía y le tallaba la puntita, la mama de mi compañero de trabajo me dijo
-Ya metemela papacito, hazme venir que te traigo ganas
YO: aahhh siii?
Manuela: mmmmghh siii
entonces se la deje ir toda y la cabrona grito
Manuela: Aaaaaaaaahhhhhh que buena verga
YO le decía cosas para calentarla como
- eso querias putita, se me antojaba tu culo y ya te lo chupe, se te antojaba mi verga, ahora aprovechala
-Que puita te ves así, cogiendo en casita… Eso la calentó bien cabron
Y entonces vino algo muy morboso…
Le dije…imaginate que tu hijo estuviera en su cuarto
Manuela: Aaaaaaagggghh que ricoooo
Yo. que no puedieras gritar porque el estuviera en su cuarto
Pinche Manuela se empezó a mojar cabronsisisimo, le metí un dedo en la boca y me chupaba como si tuviera otra verga y yo seguí con su mosbosa fantasía que se veía le gustaba
Manuela: No mameeeeeees, no mameeeeees eso esta riquisimo, callate no me hagas gritar que me va escuchar (siguió con la fantasia)
Yo le vi todavía más cabron y puse una foto de su novio en frente y le dije:
Imagina a tu hijo acostadito en su cama y a tu novio viendo como te meto la verga y te hago venir
Manuela no aguantó máaaaas y empezó a decir un buen de cosas calientes, peor lo que más me llamó la atención es que antes de venirse me dijo:
Manuela: Hijo de la chingadaaaaaaaaaa que ricoooooo
se empezó a venir y yo remate agarrandola del pelo y diciendole:
YO: Vente, grita pinche sucia, despierta a tu hijo, imagina a tu novio chaqueteandosela por nosotros
manuela se venía como loca, acabo y se dió la vuelta me empezó mamar la verga y no tarde en venirme, pero antes que eso pasara me pidió siguiera diciendole cosas calientes de su novio e hijo, me vine en su boca y cara, nos echamos luego otro palito, pero hay y habrá más de esta madurita.